"There Ain't no Age For Rock 'n' Roll" ("No hay edad para el Rock 'n' Roll") era una canción profética de los veteranos en 1979. Una frase grabada en piedra incluso 30 años después. Rockeros veteranos como David Bowie, Bob Dylan, Deep Purple, Santana, Supertramp, Pink Floyd o los Rolling Stones todavía fascinan a millones de personas de todas las edades. En Alemania, el Olimpo del Pop-Rock está habitado por estrellas de dilatadas carreras tales como Nena, Udo Lindenberg, The Scorpions, Peter Maffay, Herbert Grönemeyer o Marius Müller-Westernhagen. Todos ellos tienen algo en común: ya han pasado la supuesta edad límite para el rock, calculada en unos 49 años.

Entonces, ¿por qué no formar una banda con músicos que también hubiesen superado este límite de edad? Fue así como en 2009 nació la banda alemana "Die Grabflüchter" (término que en español, se traduciría por algo así como "Los refugiados de la tumba"). Ahora, uno podría preguntarse, ¿y qué demonios son los "Grabflüchter"? Pues como los define Ingo Appelt, un conocido comediante alemán, son aquella gente que "a pesar de los pingües beneficios que brinda el retiro, se rehúsan a morder el polvo".

"Die Grabflüchter" están perfectamente representados por su viejo vocalista y pianista de 53 años, Chris Rahn. Él no sólo es la exótica y brillante imagen del grupo, pues también es el responsable de toda la música, las letras y arreglos de todas las canciones. Y la increíble experiencia musical que se vive con el grupo está también realizada por músicos de amplia trayectoria con una sensibilidad para el sonido y el ritmo impresionantes: Christiane Sattler en los teclados, Bettina Henrich en la batería y en los coros, Ray Gee en el bajo y Peter Wetzel en la guitarra.

En 2009, Chris Rahn (médico veterinario y máster en administración) decidió dejar su trabajo de años dirigiendo empresas para poder concentrarse exclusivamente en lo que siempre había sido uno de sus mayores deseos: componer canciones. Son estos contrastes existentes en la vida de Chris Rahn los que lo motivan y los que llenan su vida con esa especie de alegre poder creador.

Los contrastes no solamente están presentes en la relación entre el nombre de la banda y la banda misma o en la vida de Chris Rahn. También podemos encontrarlos en las canciones, llenas de rock armónico. Suaves y relajados acordes de piano se convierten en rock duro de primera línea. No hay trazas de patrones anticuados o pasados de moda. La mayoría de las melodías comienzan en "algún lugar" hasta que llegan los ritmos más duros y compiten con cuerdas, coros y la voz única de Chris, de nuevo seguida por suaves instrumentos que desembocan en calmados ritmos melódicos. ¡Puro contraste!

Las poéticas letras oscilan entre la procacidad y el surrealismo como por ejemplo en "A hen's Prayer" ("La oración de una gallina", en español), en la que una pobre gallina de granja, en vista de su miserable vida, le pide a Dios que la deje morir, hasta la protesta como en la canción "The Battlefield" ("El campo de batalla", en español). Esta pieza trata sobre la vida de un soldado que acude con mucho orgullo a la guerra a fin de defender a su país, pero que vive todo el horror de la misma antes de sucumbir en el campo de batalla.

Once tesoros musicales componen "No. 1", el álbum con el que "Die Grabflüchter" quiere darse a conocer. Nada más y nada menos que el célebre productor Stevie B-Zet lo produce en su totalidad. Tecladista él mismo y productor, Stevie cosechó sus primeros éxitos con la música electrónica, entre los que destaca su proyecto "Astral Pilot", el que produjo en cooperación con el "techno pope" alemán Sven Väth. Sin embargo, Stevie pronto amplió su horizonte musical arreglando y produciendo el mega-éxito "Bilder von Dir" ("Fotos tuyas", en español) del artista alemán Laith Al-Deen.

Para todos los fanáticos del pop y del rock, el álbum "No. 1" es una experiencia musical de primera clase.